Confieso que extraño su presencia,
que me acostumbré a ella,
confieso que me agrada su compañía,
y esos locos momentos donde ha sido raptada y fotografiado atardeceres infinitos.
Explícame como hago para no pensarla,
querer hablarle o reír en esos instantes de magia,
esa suerte que la acompaña y que hace su sonrisa especial.
La verdad, ya se me acabaron las ideas de como conquistar el mundo,
a sido una odisea en un vaso de agua.
Ya se me acabaron las excusas para verla,
se me acaba el tiempo.
La verdad, me da miedo perderla.