Aquello comenzó en otoño,
una rara felicidad de pequeños momentos,
fugaces, tan íntimos, tan propios de ella.
Su sonrisa despertó ansiedades,
celos, amores,
empecé a preocuparme mas por ella,
ya no importaba el tiempo,
tan solo disfrutábamos los instantes juntos.
Aquel día de lluvia
sentí la necesidad de extrañarla,
sin tenerla, sin sentirla, sin verla.
Tal vez todo empezó
aquel día de octubre,
aquel día cuando te vi sonreír.
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