sábado, 21 de noviembre de 2009

EL PRINCIPE ENCANTADO

Siendo Yo, un joven encantado, viviendo en un mundo ajeno a mi realidad
¡Si! En ese estanque donde alguien confino mi existir.

Cuantas veces a mi vida llegó, esa ilusión que todo “sapo” quiere encontrar; Aquella Princesa, que con un beso lleno de amor revierta el Hechizo que alguna bruja me dio.

Muchas princesas, se asomaron a nuestro estanque, Ellas solo mostraban su belleza a otros Sapos, aquellos que parecían darles un gran Futuro pero en realidad, solo querían obtener ese Gran Beso que los librara de ese maldición y olvidarse de ese Ser que les brindo su libertad.

Algunas Princesas, perdían esa pelota dorada en esa agua fría y fangosa, un mundo hostil donde ellas no podían entrar, Solo endulzaban nuestro oído, dicen que nos quieren y muchas otras cosas más, tan solo puede ser, para poder recuperar ese precioso dorado o tal vez se cansaron de esa cubierta fría que envolvía mi ser.

Mucho tiempo pasé, solo en ese espacio frio, Buscando en muchas partes aquello que devolviera Felicidad a mí vida. Empecé en los alrededores del lago, pero solo encontré Fiestas y mucho que Beber.

Me dirigí mucho más adelante, al Norte, y encontré una princesa pero la lejanía de mi hogar destruyo el interés de ella hacia mí.

Más adelante conocí, a una joven que sabía un poco de otro idioma, nuestro tiempo fue corto ya que Sufría de una rara enfermedad llamada Celos, que mataron la ilusión en poco tiempo.

El tiempo pasó lento, de salto en salto llegué a una tierra lejana, encerrada dentro de un corralito de piedra y allí en una casa, con una luna llena, en un ambiente de alegría, con un VESTIDO NARANJA, encontré lo que estaba Buscando, una Princesa que al igual que YO, se encontraba lejos de su hogar.

Poco a Poco la fui conociendo, - Oh - dijo el sapo, ¿Como olvidar esa cara tan Hermosa, esa sonrisa tan bella que alguna vez me dedicó?

Al tiempo, después de muchos momentos que compartimos juntos, llegó la hora de que mi princesa regresara a su Hogar y era tiempo de que yo también lo hiciera.

Aún en la Distancia, extraño el olor de ese perfume –lo gracioso es que ya no recuerdo su fragancia- pensó el sapo. Tu Voz, si, esa hermosa melodía que envolvía mi ser.


- Ya en su lago, el sapo, Grita :

¡TE EXTRAÑO! Mi Princesa, mi niña hermosa.

No te busco para que me liberes de este Hechizo.
Lo hago, porque me gustas, porque llenas ese vacio que hay en mí, aunque solo sea un susurro delante del mundo que te rodea.





“CUANTOS HAY QUE CANSADOS DE LA VIDA
ENFERMOS DE PESAR, MUERTOS DE TEDIO
DEJAN IR A SU AMOR, TAN SOLO POR UN BESO”

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