domingo, 9 de agosto de 2009

En busca de mi destino

Hace mucho tiempo, existió un hombre que se dedico a viajar para encontrar su destino, caminó por todas partes, buscando ese algo no se donde, que llenaría su ser, se adentró en un mundo de fantasías, un lugar hermoso, lleno de arboles de plata, oro y esmeralda, Infinidades riquezas habían en ese lugar. De tanto caminar llegó, a una tierra rodeada de mar, agua cristalina, muchos seres místicos habitaban allí.

Hadas por doquier, algunas en particular llamaron su atención, un poco asustadizas por ver un ser poco peculiar en su mundo, una de ellas tenía un vestido rosado, Amelia se llamaba, como olvidarla, fue de mucha ayuda durante su estadía en ese lugar, Amelia, mostraba su cariño mientras me iba conociendo. Poco a poco me permitió conocer a esos seres que habitaban en Lottus, un pequeño grupo de seres muy simpáticos, una de las hadas un poco loca, cachetona (jeje) pero de gran corazón.

Me aleje un rato de ese bello lugar, seguí caminando, encontré en un manantial, el clan Kayros, una de sus lideres, una elfa de apariencia frágil y delicada, muy amigable y comprensiva, supo darme muy buenos consejos mientras estuvo a mi lado…

Mientras mi estadía en ese lugar místico, alguna vez me sentí solo y cansado, y vino a mi rescate, una Anjana, un ser hermoso y bondadoso, su mirada serena y amorosa, con una voz dulce que calmo mi tristeza, muchos hombres desean tu compañía y pocos lo obtienen, manita decía, no entiendo porque pero la llame manita, la hermosa ninfa.

Mi camino es largo, aún no encontraba lo que estaba buscando –y lo peor es que no sabía muy bien como era lo que deseaba encontrar- poco a poco me adentre en una ciudad montañosa, para mi sorpresa, en ese mundo escabroso, encontré una orquídea, dicen los aldeanos, que es una flor diferente a las demás, solo abre en meses de mayo y en ningún otro mes la veras mas hermosa. Metros más allá para mi sorpresa, encontré un girasol, la única flor con movimientos propios y siempre tiene un guía para seguir sus pasos. No lejos del girasol me tope con una niña sencilla y consentida, con un par de flores en su mano como Eglantina, Azucena, Belladona, Heliotropo y unas Rosas Rosadas, para quien preguntaran algunos, no se, pero al verla me sentí obligado preguntarle el significado del amor, ella muy cordialmente me respondió “debes amar pero en libertad y sin apego, y lo que buscas en un castillo lo encontraras”, extasiado quede con esas palabras que cuando quise responder, esa joven había desaparecido. Algunos dicen que era, Leda una princesa muy bella o tal vez la hija de Hermes, pues es él el guía de los viajeros o tal vez afrodita, la verdad no lo sé.

En esa ciudad, me atacaron hombres lobo, el miedo se coló entre mis huesos, no podía moverme, pensaba lo peor, mi muerte segura y aún no divisaba lo que salí a buscar, para mi consuelo pasaba por ahí, un Hombre Oso, una especie de licántropo con la forma humana, generalmente con barba y bastante peludo, hombre alto y fornido. Me salvo de esas criaturas, me ayudó cuando mas lo necesitaba y supe que podía contar con su amistad.

Ya a salvo, el hombre oso me indico que kilómetros mas al Sur, se hallaban muchos castillos, que tal vez en alguno de ellos estaba lo que deseaba encontrar. Marche en búsqueda de mi deseo, allí encontré muchas sílfides, son bellas semihumanas, Son seres neutrales, de carácter amigable, pero no eran lo que buscaba. Al fin de tanto caminar, de tantos riesgos, encontré ese castillo que mi buen amigo había mencionado, una princesa con un vestido Naranja, poco a poco detallé que su mirada era tan hermosa, su sonrisa tan bella, su voz tan melodiosa. Una princesa sencilla, alegre cuando esta en confianza, dedicada, amorosa….

Al fin de tanto buscar encontré mi destino, Tú, Mí princesa del cuento de hadas.

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